Ser profesora de danza es un trabajo increíblemente gratificante. Pero a la vez conlleva una gran responsabilidad. Como en todas las áreas de la vida un profesor puede ser la clave que haga a un alumno dedicarse profesionalmente a nuestro campo. Creo que es importante que además de enseñar la técnica, sea capaz de transmitir una fuerte pasión por el baile. Contagiar el entusiasmo suficiente a los alumnos para hacer del baile su vida.
Ojalá yo sea una buena influencia para mis alumnxs.... Aquí con (de izquierda a derecha) Belén, Paula y Beatriz.